House 1
Desestimando el sitio como una referencia transicional de escala, la Casa Uno se erige como una entidad arquitectónica autosuficiente dentro de un continuo; el gesto de dejar el campo sin manchas se vuelve una necesidad cuando se toman en cuenta la falta de energía eléctrica y agua potable.
Respondiendo a su aislamiento, la casa incorpora dependencias de maquinaria que contienen equipos que le permiten autoabastecerse de servicios públicos. Como en una plaza, la entrada se establece como un espacio protegido que media entre los salones de recepción de la casa y estas dependencias. Este espacio interrumpe la linealidad del volumen de 39 metros de largo que, al reposar sobre la pendiente natural, relaciona todos los planos horizontales con el suelo.
La disposición particular de estos planos articula la casa en sí misma, creando una variedad de situaciones. Este esquema desafía la condición compacta y cierta del volumen y viene a reemplazar la riqueza de distribución que, tradicionalmente, se ha logrado a través del plano del suelo. A escala de mobiliario, la fachada oeste maneja el frecuente conflicto entre establecer una postura abierta hacia el océano y minimizar la exposición a la radiación solar directa.
Un amplio deck de piscina y una variedad de situaciones exteriores e intermedias actúan como contrapunto, desagregando la actividad. Funcional y formalmente integrada, la disposición de estos espacios subraya el principio de autosuficiencia.